Suplicio de la cruz

Suplicio de la cruz, antes de que la cruz apariencia en Oriente con la conquista romana, ya Asiríos Y Hebreos solían atar a un palo los cadáveres de los criminales para hacer públicos tanto sus delitos como la eficacia de la justicia.

En Roma, en el periodo republicano, como pena capital para los esclavos y los no ciudadanos, fue introducida la práctica de atarlos a un palo, a mentido con la cabeza hacia abajo, y azotarlos. Después se añadió al palo una barra transversal de madera (Patibultim) colocada encima o un poco más abajo, formando una cruz en forma de Tau o en forma Latina, sobre la que el condenado era atado y clavado con los brazos extendidos y con los pies colocados sobre un atril, para evitar el desgarramiento de las manos. Se le dejaba expuesto en estas condiciones hasta que le llegaba la muerte. Una tablilla (Titultis) indicaba su nombre y el motivo de la condena. Normalmente el palo permanecía hincado permanentemente en el lugar de la ejecución, mientras que el patibulum lo hacían llevar al condenado.

Reservado a los esclavos y a los grandes criminales de origen humilde, el infamante suplicio de la cruz fue aplicado a Cristo, con la aprobación y la ejecución de la condena por parte del procurador Poncio Pilato y de los soldados romanos.

 

Términos Relacionado(s)

Scroll al inicio