Salud mental y BDSM

Salud mental y BDSM: Estudio realizado por los doctores Andreas A.J. Wismeijer y Marcel A.L.M. van Assen. El resumen del estudio es que a pesar de que siempre se ha relacionado la práctica de BDSM con la psicopatología (es decir, con tener alguna enfermedad mental), varios estudios recientes muestran cierta buena salud psicológica de quienes lo practican. En este estudio compararon a 902 personas practicantes de BDSM con 434 personas como participantes de control mediante cuestionarios online.

Los resultados muestran características psicológicas favorables en quienes practican BDSM comparado con el grupo de control. Las personas que practican BDSM eran menos neuróticas, más extravertidas, más abiertas a nuevas experiencias, más conscientes, menos sensibles al rechazo, sentían subjetivamente que su bienestar era mayor y que eran más asertivas. Comparando los cuatro grupos buscando diferencias, los resultados eran generalmente más favorables para quienes estaban en un rol dominante que para las que estaban en rol sumiso, y los controles obtenían peores resultados.

Como conclusión —sigue el resumen del estudio— afirman que se puede ver el BDSM como una actividad recreativa, en lugar de como la expresión de procesos psicopatológicos. Es decir, de enfermedades mentales. Y ese cambio, ese punto de vista es algo que también creo que —quienes estamos en el activismo— deberíamos ir apoyando, difundiendo, visibilizando poco a poco para que acabe desapareciendo la percepción típica del BDSM.

Y aparte de la conclusión del estudio, están las conclusiones que se pueden sacar, claro.

¿Si practicas BDSM significa que estarás mejor mentalmente? Pues sí…si es lo que te atrae, claro. Eso no significa que sea algo que te vaya a recomendar tu terapeuta mañana para sentirte mejor, aunque no te atraiga el BDSM en absoluto, claro está.

¿Significa este estudio que todos los colectivos BDSM están llenos de personas mentalmente mucho más saludables? Pues no lo entiendo así. Estos resultados son estadística, es decir, que es una media y moda que se obtienen de una serie de datos que varían. Y todo el mundo conocemos personas dentro de estos colectivos que tienen sus «particularidades». Pero claro, hay que tener cuidado de no volver a hacer mal la ecuación. El que conozcamos personas en esos colectivos que nos dan la impresión (nada científica) de ser psicológicamente muy diferentes a la media, o con una carencia importante de empatía o que directamente tienen comportamientos de abuso, no quiere decir que entonces el BDSM lleve al abuso. Más bien que ese ambiente puede ser utilizado por personas con ese perfil. Además de que esto ya no es como en el pasado… Gracias a internet, ya no existe un único ambiente BDSM sino muchos grupos distintos, cada uno con sus peculiaridades…

No olvidemos cual es la conclusión del estudio, la repito aquí: «se puede ver el BDSM como una actividad recreativa, en lugar de como la expresión de procesos psicopatológicos».

 

*Datos completos de autores y procedencia del artículo: Wismeijer, A. A.J. and van Assen, M. A.L.M. (2013), Psychological Characteristics of BDSM Practitioners. Journal of Sexual Medicine, 10: 1943–1952. doi: 10.1111/jsm.12192. © 2013 International Society for Sexual Medicine del original en inglés.

 

https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/jsm.12192

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