Pinzas y tenazas ardientes

Pinzas y tenazas ardientes, usadas también en frío pero casi siempre al rojo, adecuadas para lacerar o arrancar cualquier miembro del cuerpo humano, constituían utillaje básico entre las herramientas de todo verdugo. Las tenazas, no muy diferentes de las corrientes en un taller, se dedicaban sobre todo – preferentemente al rojo – a las narices, dedos de las manos y de los pies y a los pezones. Las pinzas alargadas, como el cocodrilo , maravillosamente esculpido y grabado, servían para desgarrar o abrasar el pene.

 

Términos Relacionado(s)

Scroll al inicio