Disfunción eréctil, incapacidad repetida de lograr o mantener una erección lo suficientemente firme como para tener una relación sexual satisfactoria.
El término impotencia se aplica también, médicamente, en los siguientes casos:
- Impotencia coeundi: Imposibilidad para el coito.
- Impotencia generandi: Incapacidad de procrear, aunque la penetración sea posible. Es sinónimo de esterilidad.
- Impotencia psíquica: Para los casos en los que la disfunción eréctil se debe a factores emocionales y no orgánicos antes se clasificaba con este término.
Causas de la disfunción eréctil
- Orgánicas: son las de origen anatómico, genitourinario, urológico (lesiones congénitas del pene), endocrino (diabetes), infeccioso, neurológico (lesiones cerebrales, lesiones medulares), vascular (arteriosclerosis) o farmacológicas (por el consumo de sustancias adictivas: alcoholismo, tabaquismo, algunos medicamentos, sustancias adictivas ilegales) (constituyen el 15 por ciento de los casos).
- Traumáticas: una fractura de la pelvis, por ejemplo.
- Psicológicas: debido a factores afectivos, de desarrollo, interpersonales, de conocimientos, ansiedad, miedo al fracaso, sentimientos de culpa, infidelidad, eyaculación precoz previa, inseguridad emocional, etc. Solamente el 18% de las personas que la sufren lo consulta con su médico, mientras que únicamente el 33% de los pacientes se comunica con su pareja. Todo ello provoca una reacción negativa de su pareja y un aislamiento que acaba por agravar el problema, aumentando el estrés, disminuyendo la autoestima y dificultando la solución a la disfunción eréctil psicológica.
Otras denominaciones: